A lo largo de nuestra historia no son pocos los episodios que conforman la España negra, en la cual diferentes sucesos históricos de lo más perturbadores han tenido lugar en nuestras propias tierras. Aunque a muchos pueda llegar a sorprenderles la esclavitud no solamente era propia de países que se encuentran más allá de nuestras fronteras. De hecho el tráfico de esclavos estuvo presente en España durante no pocos años, algo que muchos se empeñan en intentar olvidar para que la marca que mancha nuestro país no se extienda aún más.
Muchos artistas como Goya, Velazquez e incluso Cervantes han hablado de estos hechos en sus obras, hechos que durante el siglo de Oro estuvieron muy presentes en la España de la época.
Casi sesenta mil esclavos vivieron en nuestro país a finales del siglo XVI, y aunque a partir de este punto esta cifra fue decreciendo hasta la desaparición de la esclavitud no deja de ser un dato realmente sorprendente.
La llegada de está situación al país
Si bien es cierto que el origen de la esclavitud en España se pierde a lo largo del tiempo, se podría decir que esta práctica proviene desde los tiempos la sociedad romana, la cual era realmente esclavista y que había formado sus cimientos a partir de una marcada diferencia de clases, siendo la de los esclavos la más baja de todas ellas.
Los esclavos eran tratados como meros objetos de trabajos, siendo utilizados principalmente en el sector agrícola. Sin embargo poco a poco fueron forzados a trabajar en toda clase de ámbitos, creando así una gran variedad de tipos de esclavos según sus diferentes funciones.
Esclavitud de diferentes tipos
Entre la gran variedad de esclavos que formaban esta clase social los había de diferentes etnias, siendo las más comunes los árabes, los bereberes, los muladíes, los mozárabes y los eslavos, negros y judíos.
Estos esclavos podían ser domésticos (quienes pertenecían a un solo propietario y servían en su propio hogar), o del estado (que pertenecían al pueblo y realizaban trabajos públicos, pudiendo ser “alquilados” por cualquier ciudadano).
Comercio de esclavos
A raíz de las capturas en campañas militares y la compra de personas en zonas alejadas del Islam muchas de estos prisioneros llegaban a mercados en los cuales se intercambiaban por dinero. Este tipo de negocios estuvo en auge principalmente en Córdoba durante los siglos IX y X, cuya sociedad fue realmente esclavista y que dependía mucho del trabajo de todas aquellas personas a las que compraban.
Esta práctica tan inhumana como normalizada en nuestro país permitió financiar la revolución industrial en comunidades como País Vasco, Cataluña y Andalucía.
Aunque pueda sonar totalmente inverosímil, hay un sinfín de estatuas y monumentos que buscan honrar la memoria de grandes iconos españoles que habían logrado amasar su fortuna gracias a la trata de esclavos.
Los esclavos africanos
Si nos retrotraemos a los periódicos de la época podemos encontrar publicaciones de venta de esclavos en la sección de anuncios. Algunos de ellos se encuentran en la zona de “venta de animales”, en la cual podemos leer anuncios del tipo: “Venta de negra recién parida, con abundante leche, excelente lavandera y planchadora, con principios de cocina, joven, sana y sin tachas y muy humilde”.
Los esclavos procedentes de África eran considerados “los mejores y más fuertes”. Sin embargo a diferencia de países como México, Ecuador, Argentina, Uruguay o Bolivia, en España no hubieron tantos esclavos africanos más que aquellos que trabajaron en las minas de La Española a principios del siglo XVI a raíz de que el Rey Fernando el Católico reconquistase Málaga e intercambiara a parte de su población por prisioneros cristianos de África.
El fin de la esclavitud en España
No fue hasta el 13 de febrero del año 1880 que se publica la ley de abolición de la esclavitud en nuestro país, haciéndose completamente efectiva ocho años después. Un proceso de transición que cambió el patronato por el trabajo libre y que pone fin a una época oscura dentro de la historia de nuestro país.