La medicina y la ciencia, que aparecen haberlo explicado ya prácticamente todo a estas alturas, se enfrentan todavía a algunos casos sorprendentemente raros y extraños, que no suelen ser muy habituales, pero que sirven para marcar una excepción a todo aquello en lo que se creía. La mejora en la alimentación y en los cuidados de la salud ha propiciado que la esperanza de vida haya aumentado en las últimas décadas, así como la propia salud general, que se mantiene mucho más estable que hace unos siglos. Sin embargo, todavía nos llegan casos que son supuestamente inexplicables por la ciencia, y tienen que ver con mutaciones naturales del cuerpo humano, un sistema que no deja de reinventarse generación a generación. Hoy traemos uno de los síndromes más curiosos, la Génesis de Alejandría, una supuesta enfermedad que provoca curiosos efectos en aquellos que las sufren, empezando por tintar de violeta intenso el color de sus pupilas.
Tal vez no te suene el nombre de Síndrome de Alejandría, pero seguro que sí conoces la historia de algunas celebridades que poseían este color de ojos. Seguramente la más popular sea Elizabeth Taylor, de quien se decía que poseía los ojos de color violeta, aunque también que era un simple efecto por la luz, que hacía parecer que sus pupilas grises azuladas contaban con ese colar más morado. Esto no dejaría de ser algo curioso, una pequeña mutación que produce ese cambio en los ojos, como ocurre en tantos otros casos. Sin embargo, conforme uno va profundizando en el tema del Síndrome de Alejandría descubre que puede ser mucho más de lo que se ve aparentemente a simple vista, y desde luego, ir mucho más allá de un simple cambio en el color de los ojos. Aquí te vamos a hablar de cómo es supuestamente este síndrome, y debatiremos sobre si puede ser real o no.
Qué es el síndrome de Alejandría
Se trata de una supuesta mutación genética que se hace presente en los primeros meses de vida de los niños, haciendo que sus pupilas pasen del gris o el azul al color morado, algo muy distintivo. Sin embargo, esto no sería ni mucho menos lo único que traería consigo el síndrome, ya que la mutación afectaría también al propio metabolismo, tanto a la hora de engordar como a la hora de envejecer, e incluso a la fertilidad de las mujeres que lo “sufrieses”. Y lo ponemos entre comillas, porque considerando todos los efectos secundarios que este síndrome tiene casi como ventajas, lo cierto es que sufrir el Síndrome de Alejandría sería algo positivo, sobre todo si esos efectos fueran reales, algo que nos hace dudar de su propia existencia, por pura lógica.
Síntomas del síndrome de Alejandría
El primer síntoma que nos alertaría de que estamos ante una persona con el síndrome de Alejandría tiene que ver con el cambio en el color de los ojos. Se dice que los niños que nacen con este síndrome tienen los ojos azules o grises, pero a los seis meses, el color de sus pupilas cambia para volverse de un tono violeta intenso, con el que permanecen el resto de su vida. Este cambio, sin duda, llamaría mucho la atención, pero es solo el comienzo. Y es que otro de los síntomas de este síndrome es tener un metabolismo mucho más ralentizado, lo que provoca que estas personas tengan un aspecto muy juvenil, siempre por debajo de la edad que poseen de verdad, y que además cuentan con una esperanza de vida que supera los 120 años. Y es aquí donde empiezan los síntomas más “fantasiosos”.
Al parecer, la mutación genética que provoca el Síndrome de Alejandría permitiría también disfrutar de un sistema inmunológico mucho más desarrollado y prácticamente impenetrable, lo que haría que estas personas no enfermaran prácticamente nunca. De la misma manera, su tono de piel suele ser muy pálido, pero a pesar de ello, jamás se quemarían con la luz del sol, cómo sí que ocurre con esas personas de piel y ojos claros. Otra de las ventajas de este Síndrome es que provoca que la persona se mantenga siempre en su peso, es decir, que no haya cambios bruscos ni para engordar ni para adelgazar. Un sueño hecho realidad para muchos. Seguramente el efecto más raro es el que este síndrome provoca en las mujeres, ya que se supone que las que están afectadas por esta enfermedad no tienen menstruación, pero son perfectamente fértiles.
Cómo se desarrolla
Según los defensores de la existencia de este Síndrome de Alejandría, todo vendría provocado por una mutación genética en un momento determinado de los primeros meses de vida del bebé, algo que puede ser habitual hasta cierto punto, pero que no se ha comprobado que conlleve tantos cambios, y tan diferentes, en las personas que sufren dichas mutaciones. Estaríamos hablando de individuos con una fortaleza genética mucho mayor que la media, con mayor esperanza de vida, un aspecto más juvenil… Prácticamente serian humanos mejorados de forma natural, algo que es complicado de creer, teniendo en cuenta todos los estudios que se han realizado hasta la fecha. La única constancia de este supuesto síndrome se encuentra en legajos de hace siglos, donde se afirma que una joven llamada Alexandría, de ojos violeta y piel clara, vivió más allá de los 150 años.
¿Es real el Síndrome de Alejandría?
Ante todo lo expuesto, nosotros nos inclinamos por pensar que todo esto del Síndrome de Alejandría encaja más como una especie de leyenda que muchos desearían que se hiciera realidad. La falta de pruebas es sorprendente, y por muy bajo que sea el porcentaje de personas que nazcan con esa mutación, se habría podido comprobar de forma fehaciente que poseen todas esas ventajas provocadas por el síndrome. Los casos reales de personas con ojos de color morado o incluso rojizo tienen que ver con otra dolencia, el albinismo, que desde luego no desemboca en las ventajas mencionadas, y que es más bien una enfermedad que afecta de forma directa a quien la sufre, por problemas en la piel y en el sistema inmunológico.
La leyenda en torno al Síndrome de Alejandría es relativamente reciente, y tiene que ver también con la comprobación científica del nacimiento de los llamados niños-mariposa, una especie de reverso negativo de este síndrome, donde los niños nacen con una mutación que les hace envejecer de forma más rápida de lo habitual, y tienen una esperanza de vida no mayor a 40 años. Los defensores del Síndrome de Alejandría abogan por explicar esta enfermedad como el reverso de esos niños mariposa, abriendo la puerta a que pueda ser creíble lo de vivir más de 120 años o ser fértil sin tener menstruación, algo que hoy por hoy queda lejos de estar comprobado.