Desde que el cine de animación empezó a tomar forma allá por el año 1917 diferentes artistas han ido aportando su granito de arena con la intención de, poco a poco, ir mejorando este formato que gusta a niños y a adultos por igual.
En cada país el cine de animación ha ido adoptando su propio estilo, adaptándose a cada cultura y mostrando al mundo a través de sus obras las inquietudes y anhelos de su sociedad. Si viajamos al continente asiático (concretamente a Japón) hay muchos estudios que destacan dentro de este ámbito, siendo uno de ellos todo un referente del que muchos aspirantes a animadores quisieran formar parte.
Fundado en el año 1985 por Yasuyoshi Tokuma, Toshio Suzuki, Isao Takahata y Hayao Miyazaki, el Studio Ghibli ha brindado a los espectadores de Japón y de todo el mundo la posibilidad de disfrutar de obras realmente inolvidables. El trabajo y el mimo que hay detrás de cada escena de sus múltiples películas son valoradas por todos aquellos que disfrutan de ellas, y es que obras como La Princesa Mononoke, La Tumba de las luciérnagas o El Viento se levanta son ya para muchos auténticos referentes dentro del mundo del cine de animación.